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USA by Whike, de reto a logro
USA by Whike, de reto a logro

JOSÉ LUIS ESQUER

José Luis Esquer, patrocinado por el Villarreal CF, cuenta sus impresiones tras finalizar su reto solidario

El aventurero José Luis Esquer ha completado su reto solidario USA By Whike, apoyado por el Villarreal CF dentro de su iniciativa Endavant Solidaritat. El reto de Esquer era recaudar fondos a favor de la lucha contra el cáncer. Para ello, cruzó Estados Unidos de Oeste a Este sobre un whike, una bicicleta reclinada con mástil y vela, pilotada por un ciclista que reza para que haga viento. Por cada kilómetro recorrido, el Villarreal CF aportará 1 euro para destinarlo a la lucha contra el cáncer.

José Luis Esquer, expone su experiencia tras su largo recorrido en el que ha atravesado 14 estados y que, sin duda, quedarán grabados en su retina:

¿Cómo ha ido la experiencia tras un mes de trayecto?

  • Cuando te enfrentas a un reto de esta dimensión hay que centrarse en el momento presente, el esfuerzo del día, pero tampoco puedes perder de vista la meta global aunque esté todavía lejos, es preciso atender al todo y a las partes continuamente. De esto entiende un club de fútbol que ha de afrontar cada partido como una final sin olvidarse del largo camino que es una competición liguera. Han sido 34 etapas, más tres días de descanso, un total de 5.062 kilómetros con una media de 150 diarios y un desnivel acumulado de 52.375 metros, superando la mayoría de jornadas las 11 horas efectivas de pedaleo, y un máximo de 12 horas y 50 minutos.

¿Alguna secuela?

  • He cambiado tres veces la piel de piernas y brazos, sobre mí han descargado tormentas de agua, granizo y, en Las Rocosas, también de nieve. He tenido pocas horas de descanso nocturno y la comida americana no se distingue precisamente por su calidad y riqueza nutricional. Por todo esto necesitas no solo una preparación física exigente sino también una fortaleza mental notable, para asumir las adversidades sin rasgarte las vestiduras. En general la experiencia ha ido bien en cuanto a incidencias mayores, por suerte solo las más típicas y básicas han hecho aparición: pinchazos, radios rotos, algún dolor muscular y condiciones climatológicas desfavorables a días.

¿Y qué hay de los resultados?

  • Me siento satisfecho con el resultado obtenido. Pensaba emplear un día menos en completar el recorrido, pero hay que decir que el viento no ha prestado la ayuda ansiada, digamos que su contribución ha sido un 20%, por cifrarla de alguna manera. Sin embargo el trabajo a los pedales ha sido muy duro dado que el whike pesa casi 30 kilos; esto lo convierte en muy mal escalador y llaneando sin viento tampoco alcanza grandes velocidades. Personalmente la experiencia ha estado a la altura de mis expectativas, no ha defraudado: ha supuesto un éxito y un aprendizaje experiencial valiosísimo. Estas vivencias proporcionan un crecimiento en competencias personales y directivas que luego revierten en beneficio de los equipos y colectivos que lideramos. La mayoría de los líderes toman decisiones sobre otros y evalúan el trabajo y resultados de terceros sin nunca haberse puesto a prueba a sí mismos de verdad. Hay que explorar los propios límites antes de conducir a los demás a los suyos.

¿Alguna anécdota que destacar? 

  • Un día, inmediatamente después de atravesar la frontera para dejar atrás Missouri y entrar en Iowa, en una de las granjas cercanas a la carretera, un numeroso grupo familiar celebraba en el jardín la fiesta de graduación de sus hijos. Cuando me vieron venir por la recta empezaron con todo tipo de voces y gesticulaciones de saludo; al momento los saludos se transformaron en llamadas y dos de ellos bajaron apresuradamente hasta la carretera para invitarme a su fiesta haciendo mil preguntas y bromas. Yo iba mal de tiempo, como todo el mes, pero semejante calidez e insistencia era un crimen despreciarlas. Así que me dejé llevar a su terraza. Estuve cerca de una hora comiendo y bebiendo (agua) con ellos, haciendo y contestando preguntas. Es normal: imaginad lo sorprendente que es para ellos ver a un tipo que está cruzando EEUU con ese extraño vehículo, y qué interesante, por mi parte, conocer un grupo de personas nuevas, granjeros de clase media, con sus costumbres, gustos y relatos locales. Al poco llegó mi tripulación, el equipo de rodaje, y se unieron a la fiesta. Yo me tuve que ir para aprovechar al máximo la luz del sol, ellos se quedaron un rato más. Lo maravilloso es que dos horas después, treinta millas más al norte, vi que en el arcén dos personas habían detenido su coche y ondeaban al aire una mochila para que yo la viera. Al principio no les conocí. Al acercarme comprobé que se trataba del dueño de la casa y su hija. El productor, al marcharse de la casa, se había dejado su mochila en la terraza, contenía efectos personales de viaje, accesorios y óptica por valor de más de 3.000 euros y un sobre con 2.000 dólares en efectivo. Aquellas personas interrumpieron su fiesta y condujeron casi dos horas por la carretera, arriba y abajo buscándome, intentando adivinar mi ruta hasta que dieron conmigo, para devolver la mochila. Fue una de esas ocasiones en las que ves la cara más bella del ser humano. Muchas veces analizando experiencias, me asombro descubriendo que lo más terrible no son las cosas que las personas pueden llegar a hacer, sino las que con frecuencia dejan de hacer.

¿Cree que ayudará a combatir la enfermedad del cáncer?

  • La aportación final, que espero ronde los 25.000 euros, es una suma con la que ya pueden hacerse ciertas cosas. Pero del mismo modo que en un reto deportivo es tanto o más importante la voluntad de hierro que la condición física, para acabar con el cáncer hace falta que quien tiene el poder y la responsabilidad actúe con pasión y prioridad sobre el problema. Y eso implica gastar mucho de nuestras aportaciones tributarias en inversiones invisibles que desgraciadamente para la ciudadanía no conllevan un gran retorno electoral para el gobernante. El problema durará todavía demasiados años, por mucho que luchemos, porque quien tiene que demostrar grandeza solo demuestra interés personal. Efectivamente es una enfermedad fatal, muchos me cuentan su historia con el cáncer y es muy penoso, porque todo el mundo tiene una historia con el cáncer. Puede parecer inconexo, pero para acabar con el cáncer hay que pasar de una sociedad del espectáculo hueco a una sociedad del conocimiento y de calidad de contenidos.
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