Trigueros lamenta la ocasión perdida ante el Barça, pero destaca que ya solo piensan en el Sevilla
Sin tiempo para mirar atrás. El centrocampista del Villarreal, Manu Trigueros, lamentó hoy la oportunidad perdida frente tras la derrota ante el FC Barcelona, si bien el toledano explicó que no hay tiempo para dolerse y el equipo ya solo puede pensar en el Sevilla (domingo, 19.00 horas, Estadio Ramón Sánchez Pizjuán). “Hay un poco de mal sabor de boca porque hicimos un buen trabajo. Creo que marcarle dos goles al Barça es muy difícil y si ellos no hubiesen tenido esa pizca de fortuna se hubiesen ido con las manos vacías. Si hubiésemos ganado, habría sido un broche perfecto para celebrar la clasificación a Europa, pero ahora quedan tres partidos y hay que acabar lo mejor posible. Solo nos falta un pequeño esfuerzo más y ahora ya solo podemos mirar hacia adelante. Hay que pensar en el Sevilla, que será un rival tan duro y tan peligroso como el Barça o como cualquiera que se esté jugando algo en este final de temporada”.
Además, el manchego destacó que el equipo, pese a las dificultades que se ha encontrado en esta segunda vuelta, sigue trabajando con la misma intensidad e ilusión que el primer día. “Cuando este equipo no tiene el balón, sufre. Pero también sigo pensando que si el Barça no hubiese tenido ese punto de suerte, lo habría pasado mal porque estábamos tapando bien sus líneas de pase. En esta segunda vuelta no sé qué puede haber pasado, pero sí te puedo decir que desde dentro hemos trabajado como el primer día, hemos entrenado como el primer día y los resultados no se han dado. En todo caso, nos puede servir para aprender de cara a un futuro”.
Sobre su meteórica progresión –ha pasado de Tercera División a Primera en menos de dos años-, Trigueros reconoció que la situación ha cambiado mucho y agradeció la confianza y sus enseñanzas a Marcelino. “Intento siempre hacerlo lo mejor posible y ayudar en todo lo posible. Hay que intentar demostrar en cada entrenamiento que eres digno de confianza y que puedes jugar. Hace dos años estaba en Tercera y sí es cierto que las cosas han cambiado muchísimo. Marcelino me ha ayudado mucho en mi etapa de reconversión a mediocentro y creo que me ido adaptando bien. Marcelino me está dando el toque de experiencia que se necesita para ser mediocentro y yo por mi parte intento hacer el fútbol que él quiere y hacer jugar al equipo”.
