La fiel seguidora belga lleva diez años siguiendo al Submarino Amarillo
De la parte flamenca de Bélgica y residente en Haacht, Vera Verbeeck cuenta que conoció al Villarreal en 2011 a través de una acción solidaria impulsada por Martijn, el que era su profesor de español y actual presidente de la peña amarilla ‘Els flamencs grocs’. La atracción que sintió por el club, por su carácter acogedor y cercano, le hizo convertirse ese mismo año en vicepresidenta de la peña: “A pesar de que el Villarreal juega en una liga a miles de kilómetros de distancia, el contacto con el club y la afición es agradable y sincero”. Ese año además, estuvo en Vila-real donde recaudaron 2.000 euros a favor de Aspanion (Asociación de Padres de Niños con Cáncer de la Comunitat Valenciana). Así pues, esta actividad se ha convertido en tradición anual para la peña flamenca.
Vera siempre que puede intenta viajar a Vila-real para ver al equipo en vivo. Junto al resto de su peña, intenta hacer dos viajes por temporada y destaca la misma pasión con que lo vive: “Cada vez cuando entro al campo escuchando la voz de nuestro club que nos dice “benvinguts” se me pone piel de gallina. Además, Vera Verbeeck ha tenido la oportunidad de viajar para presenciar partidos de competición europea.
La aficionada belga no se pierde ningún encuentro, ya sea en vivo o a través de la pantalla. Si se emite en directo, la peña se reúne en su bar de confianza ‘The Groenveld’ para verlo. Además, es costumbre brindar al final del partido, independientemente del resultado: “Lo más importante es un buen ambiente y el apoyo incondicional al equipo”.
Cuando se le pregunta por sus futbolistas predilectos, no puede evitar nombrar a Marcos Senna y Bruno, dos exjugadores a los que admira desde que se enamoró del club amarillo: “Sentí mucho que Bruno no recibiese el adiós que se merecía por culpa del covid-19. Debo admitir que lloré al ver este momento en la tele”. De los futbolistas en activo tiene devoción por Sergio Asenjo, tal vez porque su hijo también es portero.
Por último, Vera resalta las ganas que tiene de volver a ver al Villarreal de manera presencial, ya que con el equipo ha vivido experiencias inolvidables: “Tengo un montón de recuerdos bonitos. No puedo elegir uno en especial. El viaje a Liverpool en 2016 fue increíble, la ilusión que compartimos entre todos los aficionados de diferentes países (belgas, holandeses, eslovacos…) y la fiesta con los amigos del Celtic Submarí. Es un sentimiento muy especial cuando llego a la estación de tren en Vila-real, lo vivo como volver a casa con la familia”.