Un riguroso penalti en el tramo final del choque le da un punto a un Getafe muy bronco
El Villarreal consiguió abrir el cerrojo de Bordalás, pero no fue suficiente para lograr la victoria (1-1). Los groguets tenían el partido bajo control cuando el colegiado señaló un riguroso y severo penalti al final del choque, que castigaba a los de Marcelino y con el que se relamían los azulones. Casi con el tiempo cumplido, Arambarri neutralizó el gol inicial de Santi Comesaña y le arrebató dos puntos al cuadro local.
Los groguets volvían a casa tras el parón por selecciones. Dos semanas sin fútbol doméstico, que, en lugar de suponer un respiro y una oportunidad para recuperar efectivos, se convertía en un ‘via crucis’ para el cuadro de Marcelino, que afrontaba el encuentro con numerosas ausencias por lesión y otros tantos futbolistas entre algodones. La motivación de volver a ganar en el Estadio de la Cerámica suponía, en cambio, el mejor antídoto para sobreponerse a las limitaciones.
Obligado por la situación, Marcelino alineó a Pape Gueye de segundo delantero, acompañando a Thierno Barry. En las bandas, el talento y la mordiente de Álex Baena e Ilias Akhomach. La medular, sin cambios, para Parejo y Comesaña. Y atrás, acompañando a los incombustibles Sergi Cardona y Kiko Femenía, Raúl Albiol y Eric Bailly. Bajo palos, Diego Conde.
Hasta el ecuador del primer tiempo, ni Getafe ni Villarreal tuvieron la claridad suficiente para encontrar la portería rival. La primera oportunidad clara del encuentro la tuvo Pape Gueye. El testarazo del senagalés no encontró portería por muy poco en una acción de estrategia botada por el flanco derecho.
El Submarino se encomendaba a las transiciones rápidas en un intento de sorprender al Getafe y darle ritmo a un duelo trabado y con demasiadas interrupciones. Volvió a avisar el Villarreal. Y lo hizo de nuevo en una acción a balón parado. Una jugada de ‘pizarra’ acabó con un remate de Sergi Cardona en el corazón del área. El disparo del catalán, que llegó a la acción un poco forzado, se marchó por encima de la portería.
Eran los mejores minutos hasta el momento del equipo de Marcelino. Antes del 40’, volvió a aparecer en escena Pape Gueye. Esta vez con un fuerte zurdazo desde la frontal del área que detuvo con algunos apuros David Soria.
A la siguiente, casi con el tiempo cumplido, llegó el 1-0 del Villarreal. Dani Parejo abrió a la izquierda ante la incorporación de Sergi Cardona. El catalán controló y la puso al área. Casi llegó Baena y falló el remate a Barry, al que le impactó el cuero y quedó muerto en el interior del área. Ahí llegó el ‘todoterreno’ Santi Comesaña para batir a Soria y adelantar a los amarillos antes del descanso. El gol llegaba en un momento muy importante y que hacía daño al Getafe.
En la segunda mitad, saltó al campo el jovencísimo Pau Navarro en sustitución de Eric Bailly, que se dolía insistentemente del hombro durante el tramo final del primer tiempo. Los primeros compases del segundo tiempo fueron una fiel continuación del primer tiempo. Pocas oportunidades y no demasiado fútbol.
El Getafe incomodaba a los amarillos en la salida de balón. Presionaba alto y buscaba su oportunidad especialmente en segundas jugadas. En una de esas pugnas, Yildirim le ganó la partida a los centrales y probó a Diego Conde desde la frontal. El madrileño la envió a saque de esquina.
Cumplida la hora de encuentro, el equipo madrileño tuvo la oportunidad más clara del segundo tiempo. Un cabezazo de Álvaro impactó en el poste tras un centro de Carles Pérez por la banda derecha. Era el segundo aviso a un Submarino que no era capaz de aprovechar los espacios.
A falta de 20 minutos, Marcelino movió el banquillo. Dio entrada a Nicolas Pepe, que sustituyó a Ilias Akhomach. En la jugada inmediatamente posterior al cambio, Gueye volvió a tener el gol en sus botas. El senegalés recibió en el área una fantástica asistencia de primeras de Baena y definió al palo más alejado, donde sacó una gran mano David Soria.
Con el resultado tan ajustado, el partido llegó al tramo final completamente abierto. El Getafe no bajaba los brazos y seguía buscando el tanto del empate. Peter Federico lo hizo en fuera de juego y Yildirim tuvo el tanto en un claro remate de cabeza que detuvo Diego Conde con una fantástica parada.
Y el 1-1 llegó en el 87’ por un riguroso penalti de Raúl Albiol sobre Yildirim. El central amarillo le dejó la mano en el rostro en una jugada en la que el balón no iba siquiera dirigido al delantero turco. Muchísimo castigo para el trabajo de los amarillos. Arambarri, con un disparo a la escuadra, se encargó de convertirlo.
Al Submarino no le dio tiempo a reaccionar y el Getafe, al que el 1-1 le parecía un valioso botín, impidió que se jugara el tiempo añadido.
