El Villarreal sorprendió al mundo del fútbol con la contratación del ‘crack’ argentino
En enero de 2001, el Villarreal, para sorpresa del mundo del fútbol, cerró la contratación del delantero argentino Martín Palermo. Ídolo absoluto en su país, el futbolista ‘xeneize’ atravesaba el momento más dulce de su carrera y en el recuerdo de todos los aficionados permanecía reciente el doblete que le anotó al Real Madrid en la Copa Intercontinental meses atrás. Los noticiarios de toda España se hicieron eco del fichaje. El club amarillo se hacía con los servicios de uno de los mejores futbolistas del planeta, pretendido por buena parte de los clubes europeos.
Confirmado su fichaje, la ilusión se apoderó de la afición ‘grogueta’. Más de 1.000 seguidores amarillos acudieron a recibir al astro argentino a su llegada al Aeropuerto de Valencia. Un baño de masas aún mayor se produjo el día de su presentación, cuando más de 10.000 aficionados del Villarreal asistieron a El Madrigal para darle la bienvenida a su nuevo club.
El verano anterior, el Villarreal CF se preparaba para su vuelta a la Primera División. Por segunda vez en su historia y tras un breve paréntesis de un año, el Submarino Amarillo iba a competir nuevamente en la máxima categoría y, para ello, aspiraba construir un proyecto deportivo que le permitiera consolidarse entre los grandes del fútbol español.
Manteniendo a buena parte de los héroes del ascenso, el Villarreal se reforzó incorporando a futbolistas de la talla de Rodolfo Arruabarrena, Quique Álvarez, o Víctor Fernández, que posteriormente marcarían una época como ‘groguets’. Con Víctor Muñoz al frente del equipo, el Submarino firmó un gran arranque liguero. No en vano, al término de la primera vuelta, el conjunto ‘groguet’ ocupaba la plácida décima posición, a nueve puntos del descenso.
Martín Palermo (La Plata, 7 de noviembre de 1973) ha sido uno de los jugadores más emblemáticos del fútbol argentino en los últimos tiempos. El ‘Loco’ jugó en el Submarino durante las temporadas 2000/01, 2001/02 y 2002/03. Con la elástica amarilla, disputó 81 partidos anotando un total de 21 goles.
Aterrizado en El Madrigal como un auténtico ‘crack’, el delantero argentino no logró tener continuidad en su paso por el Submarino Amarillo. En noviembre de 2001, tras un inicio goleador más que notable, se fracturó la tibia y el peroné, después de marcar un tanto en la prórroga del duelo copero ante el Levante UD en el Ciutat de València. Palermo se acercó a la grada visitante para celebrar el gol con los aficionados amarillos, con tan mala suerte de que el muro cedió y le cayeron encima.
Tras su paso por el Villarreal CF, jugó en otros clubes españoles como el Real Betis y el Deportivo Alavés, antes de volver a su país para volver a defender la camiseta de Boca Juniors, donde es considerado una leyenda.
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