Robert Pires: un mito de vuelta en Vila-real
Robert Pires: un mito de vuelta en Vila-real

La leyenda grogueta vuelve a la que fue su casa mientras su hijo Théo se entrena durante una semana con el Cadete A

Robert Pires ha vuelto a Vila-real. La leyenda del Submarino Amarillo, que jugó en el viejo Madrigal desde 2006 hasta 2010, estuvo durante toda la semana pasada por la Ciudad Deportiva José Manuel Llaneza con motivo de los entrenamientos de su hijo con el Cadete A amarillo. La familia de Pires está afincada en Ibiza, donde su hijo Théo juega en la Peña Deportiva. El pequeño Pires estuvo una semana en las instalaciones de la calle Miralcamp entrenándose con los cadetes bajo la metodología de la Cantera Grogueta.

“Lo está pasando muy bien, pero lo más importante para él es la oportunidad de estar aquí con el Cadete A, donde hay mucho nivel y velocidad en el juego. El nivel en Ibiza es diferente. Está aprendiendo cosas. Es durísimo porque el nivel es mayor, pero tiene que aprender y disfrutar”, comentaba el astro francés durante su estancia en la Plana Baixa. Théo, nacido en Valencia durante la etapa de su padre en el Submarino, tuvo que adaptarse desde el primer día a un modelo de entrenamientos diferente al del conjunto ibicenco y expresaba que “está siendo un reto porque el nivel en Ibiza es menor. El ritmo es más alto y la pelota está siempre en movimiento”.

Y es que la intensidad en las sesiones, además del buen trato de balón, es una de las máximas de la Cantera Grogueta. “Es una de las mejores de España. Todo el mundo sabe que aquí la cantera es muy importante. Muchos chicos empiezan con 12 o 13 años y él entrena con los de 15. Se nota que han aprendido a jugar rápido y a moverse. Hay un poco más de intensidad de lo que podía esperar, el primer día después del entrenamiento estaba reventado porque no está acostumbrado, pero ya está aprendiendo. Es una muy buena experiencia porque ya está viendo el nivel al que tiene que llegar si quiere ser profesional algún día”, confesaba el exfutbolista, que se enamoró de este modelo tras llegar procedente del Arsenal.

“Pienso que el fútbol en España es diferente al del resto de países. Es como ‘coge el balón, pásala y muévete’ en lugar de driblar tanto y la metodología es diferente. En Ibiza es como si hubiese más tiempo y menos presión a la hora de decidir”, añadía el joven Théo, que no recuerda ver a su padre de amarillo en directo debido a su temprana edad: “No recuerdo ver a mi padre jugar aquí porque yo tenía unos dos o tres años. Era muy pequeño, pero he visto los highlights en YouTube”.

La mejor cantera de España

Tal y como destaca Pires, “la evolución del club es muy grande. Hace años que lo está haciendo bien. En mi época, ya estaba el mismo presidente, Fernando Roig. Para la gente, lo más importante es el primer equipo, como es normal, pero para el presi también es muy importante tener una buena cantera. Hoy la tiene. Lo estamos viendo nosotros con el Cadete A, que tiene mucha calidad. Pero es que el B está en Segunda y el Femenino en Primera”.

Pau Torres, Álex Baena, Samu Chukwueze, Yeremy Pino o Filip Jorgensen son algunos de los nombres que pasaron por el fútbol base amarillo y que hoy brillan con la primera plantilla en el Estadio de la Cerámica.  “Simplemente indica que la cantera es muy buena”, subrayaba el internacional galo. “Tener una producción así de jugadores significa muchas cosas. Cuando tienes la edad de Théo sueñas con ser profesional algún día, pero antes hay que trabajar muy duro y tener exigencia en tu vida. Todos esos nombres trabajaron durísimo y, en algún momento, gracias al talento, consiguieron su sueño. Lo que está haciendo el club con la cantera es buenísimo y por eso hay jugadores muy jóvenes que ya están con el primer equipo”, añadía.

El exjugador groguet quedó impresionado (de nuevo) con el trabajo del club en todas las categorías. “El Villarreal es para mí uno de los mejores clubes de España y eso se nota desde los más pequeños”, argumentaba tras su semana viendo numerosos entrenamientos y partidos en la Ciudad Deportiva. Pires pudo comprobar que casi tres lustros más tarde ese trabajo sigue dando sus frutos.

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