La residencia, una fábrica de talento ‘groguet’
La residencia, una fábrica de talento ‘groguet’
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Aproximadamente noventa jóvenes promesas residen en el centro de la Ciudad Deportiva Miralcamp cada temporada

El Villarreal CF es un club caracterizado por el buen hacer con los jóvenes talentos que llegan cada año a su cantera. Unas promesas que aterrizan en Vila-real con el sueño de convertirse en futuros futbolistas profesionales para defender los colores del Submarino Amarillo.

La residencia de la Ciudad Deportiva es el órgano principal en el que cada temporada entran nuevos futuros futbolistas que se forman y crecen tanto personalmente como deportivamente junto a diferentes tutores y coordinadores que se implican al máximo para ayudar a estos chicos a cumplir sus objetivos.

Entre estos profesionales encontramos el caso de José Ramón Villalba, director de la residencia. Toda una vida de amarillo. Esta es una frase que podría definir a la perfección a José Ramón Villalba, que en el presente 2022 suma su vigésimo segundo año al frente de la misma. 

En el año 2019, recibió una insignia de oro por parte del club para homenajearle por sus 20 años en el Villarreal. Un club con el que, como afirma, comparte un vínculo emocional muy fuerte: “Mi trabajo aquí es una vinculación de vida y supone mucho para mí a nivel emocional. Al final creas fuertes relaciones con los chicos, entrenadores y el grupo humano que rodea al club”.

La Residencia está dividida por dos plantas en las que residen, junto a coordinadores y tutores, hasta noventa jóvenes por temporada aproximadamente.  “Intentamos que dentro de la residencia se respire tranquilidad, que no sea un clima de muchos egos y, sobre todo, hacerles entender lo que supone estar fuera de casa, pero también que esta aventura les sirva para mejorar en cualquier ámbito de la vida”, explica Villalba sobre el clima que se vive en el centro.

La lejanía de su hogar y sus padres durante tanto tiempo hace todavía más importante la labor de los trabajadores en la formación e implantación de valores que transmiten en los jóvenes. “Nuestra responsabilidad es muy alta. Intentamos buscar un paralelismo entre la parte deportiva y la parte de los valores, porque consideramos que es importante los aspectos humanos en su formación”, asegura el director de la residencia.

“Los que trabajan en la residencia son básicamente educadores. Tenemos trabajadores con un perfil educativo, pero también con conocimientos básicos de los hábitos del deporte y de la salud”, describe José Ramón sobre el perfil de las personas que trabajan en el centro.

Sin embargo, como ha ocurrido en muchos ámbitos de la sociedad, la pandemia ha golpeado con fuerza a la residencia. “Nos limita mucho en el funcionamiento. Es cierto que ha provocado grandes cambios, porque antes teníamos una relación muy cercana con los jóvenes, pero nos hemos adaptado bien en la medida de lo posible”, manifiesta Villalba.

Si bien pasar por la residencia no es sinónimo de éxito para todos aquellos que residen en el centro, sí existen varios ejemplos sobre jugadores que han pasado por la residencia y que hoy en día son piezas fundamentales de los principales equipos de la Cantera Grogueta e incluso del primer equipo. Íker Álvarez, Filip Jörgensen, Juan Carlos Arana o Sergio Lozano del Villarreal B y Moi Gómez, Mario Gaspar o Yeremy Pino del primer equipo son los ejemplos más recientes. Sobre ellos, José Ramón Villalba se sincera: “Nos enorgullece enormemente verlos crecer a pasos agigantados sabiendo que se han criado aquí”.

Los profesionales de la residencia de la Ciudad Deportiva trabajan a diario para seguir formando a jóvenes talentos tanto personal como deportivamente. Como explican, “la etapa que vives aquí es muy importante porque te forma a todos los niveles” en un centro, la residencia, que sigue formando a jóvenes ‘groguets’ que persiguen sus sueños. 

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