El Juvenil B está forjando una relación con las personas del centro castellonense gracias a los encuentros de Endavant Igualtat
No es un martes cualquiera para la Fundación Aspropace y para los residentes de este centro castellonense que atiende a personas con parálisis cerebral. Aunque tienen una rutina muy estructurada gracias a la encomiable labor de sus trabajadores, hoy es un día especial porque vienen los chicos del Juvenil B del Villarreal a compartir una distendida tarde de juegos, actividades y diversión en las instalaciones de la fundación.
Ambos colectivos ya han tenido tres encuentros con anterioridad. Una primera visita a la Ciudad Deportiva, en la que las personas usuarias conocieron el hogar de los canteranos amarillos, una segunda actividad en la que el equipo groguet hizo lo propio en el centro de Aspropace. Y la tercera y última -que fue la que más agradó a la gente de la asociación- fue visitar el Estadio de la Cerámica, eterno templo amarillo, recorriendo las salas interactivas de Inmersión Villarreal, una experiencia distinta y que no dejó indiferente a los usuarios y profesionales de la fundación. “Nos encantó la experiencia. Nos gustó mucho. Fue una actividad que nos permitió salir de nuestro día a día y escapar de nuestra rutina. Nos lo pasamos muy bien. Fue un día ameno, muy divertido y positivo”, explica Rosa María Ruiz, coordinadora de Aspropace.
En cambio, esta vez será diferente. Serán los chicos de 16 y 17 años los que se adapten a las dinámicas, juegos y actividades habituales de las personas de Aspropace. El ‘menú del día’ es rico y variado, con hasta cuatro dinámicas: hidroterapia en piscina con fisioterapeuta, un paseo al aire libre, entrevistas con sistemas aumentativos de comunicación para conocerse mejor y unas partidas de bocha, un deporte popular para personas con parálisis cerebral.
“Venimos con mucha ilusión. Con la mente abierta y con ganas de pasarlo bien haciendo actividades diferentes. La idea es disfrutar nosotros, forjar relaciones y especialmente hacer que las personas de Aspropace también disfruten”, explica Alejandro Vidal, capitán del Juvenil B, nada más zambullirse en la piscina para participar junto a los residentes en una sesión de hidroterapia.
La diversidad no es un impedimento para que jugadores y miembros de Aspropace interactúen. “Los monitores, que hacen una excelente labor, nos piden que les hablemos, que es importante y que ellos, aunque no tengan tanta facilidad para expresarse, nos entienden perfectamente”, cuenta el joven defensa de Roquetas de Mar, paisano de Álex Baena.
Eso mismo apunta la coordinadora del centro: “A los chicos les decimos que se muestren naturales, que, aunque seamos diferentes, todos somos iguales. Que se diviertan, disfruten, que conozcan la diversidad, que es algo que nos enriquece mucho como personas”.
Esta diversidad les abre los ojos a los jóvenes jugadores, muy focalizados en el mundo del deporte. “En el fútbol vivimos en una burbuja. Estas actividades nos hacen ver que hay otras realidades, alejadas del fútbol. Ves que somos unos privilegiados y que hay que colaborar”, destaca Vidal.
De la misma forma, el canterano groguet ensalza la filosofía del club y su apuesta por este tipo de experiencias a través del programa Endavant Igualtat: “Son los valores del club, que cree firmemente en la importancia de ayudar a otras personas con pequeños gestos y en el enriquecimiento que supone venir a pasar un rato con ellos, conocerlos y compartir sus actividades cotidianas”.
Desde Aspropace también aplauden la iniciativa, impulsada por el exvicepresidente José Manuel Llaneza, hace ya más de 10 años. “No conozco el mundo del fútbol, pero que un club de élite como el Villarreal CF se comprometa con estas acciones siempre va a ser positivo para la sociedad. A los jugadores les sirve para conocer otras realidades, mientras que a nosotros también nos aporta muchísimo”, razona Rosa María Ruiz.
La gran labor de Aspropace
La Fundación Aspropace es una asociación castellonense que trata a personas afectadas de parálisis cerebral y les ayuda a ellos y a sus familiares a conseguir una mejor calidad de vida. Hace casi tres décadas que Aspropace inició su actividad en Castellón. En la actualidad, tiene un centro de día, una residencia y un centro de atención temprana, que atiende a pequeños de 0 a 6 años. Todo ello junto a la carretera Alcora, a las afueras de Castellón de la Plana.
“Nuestro objetivo es hacer la vida lo más normal posible a las personas con parálisis cerebral. En total somos 30 personas. Un total de 20 viven aquí y 10 vienen al centro de día”, explica la coordinadora de este centro provincial, que tiene entre 80 y 90 trabajadores. Casi un centenar de empleados ayudan, con su esfuerzo y dedicación, día a día a mejorar la vida de las personas con parálisis cerebral.